martes, 28 de marzo de 2017

Claves del modelo de pensiones sueco y por qué es tan justo y sostenible


El antiguo sistema de pensiones sueco databa de 1960 y consistía básicamente en un sistema de prestación definida con dos partes, una pensión básica independiente de las contribuciones y una pensión suplementaria vinculada a las contribuciones realizadas. Para disfrutar de una pensión completa, un trabajador debía haber cotizado durante 30 años y el importe de la pensión se calculaba en función de los ingresos de los 15 "mejores" años.
En 1984 se nombró una Comisión para la elaboración de una propuesta de reforma del sistema de pensiones. Las motivaciones para emprender esta reforma fueron principalmente la de dotar al sistema de una mayor equidad entre contribuciones y prestaciones y hacerlo financieramente más estable. Esta Comisión presentó su informe y una Comisión Parlamentaria finalmente en 1998 se aprobó la reforma con un elevado grado de consenso político. Para la introducción y puesta en vigor del nuevo sistema de pensiones que empezó en 2001, se estableció un periodo de transición por el que los trabajadores nacidos antes de 1938 permanecen en el sistema antiguo y los nacidos después de 1954 están cubiertos completamente por el nuevo. El sistema nace bajo el principio de una corona de contribución, una corona de derecho de pensión.
Cada trabajador tiene una "cuenta individual" (cuentas nocionales) en la que se anotan las contribuciones realizadas tanto por él como por la empresa. El saldo de esa cuenta nocional representa el derecho acumulado de pensión futura. Anualmente, los trabajadores suecos reciben el denominado "Sobre Naranja", en el que se les informa del saldo acumulado en su cuenta.